Como hemos visto decenas de veces en este blog, los psicólogos aportan en todo y el ciberacoso no es excepción. El pasado fin de semana el diario español El País dedicó un espacio interesante para explicar en qué consiste esto. Como ya lo veremos más adelante lo hace contando una experiencia verídica que le da mucho más valor al texto. Un recurso periodístico y hasta literario que hace que el problema se haga común para cualquiera que lo lea online.
A todos nos puede pasar si consideramos que estamos expuestos a las redes sociales y a convivir con personas problemáticas. Sin embargo, lo que me llamó la atención para traerlo a la reflexión es justo el rol que tienen psicólogos. De acuerdo con lo expuesto en la publicación, ya hay grupos de especialistas que tratan de atender el tema multidisciplinariamente. Así, quienes se dedican a estudiar el comportamiento humano, trabajan de la mano con abogados y especialista en seguridad cibernética.
Pero, ¿qué es lo que nos cuenta El País sobre el ciberacoso y que acaba por involucrar a los psicólogos? Se trata del texto “Sé donde vives y te voy a encontrar”: la pesadilla de sufrir ciberacoso», un título terrible. La historia en que se centran es de una mujer a la que le dan el nombre anónimo de Sandra. Vive en Madrid, tiene 38 años, se desempeña como actriz y sufrió acoso de un supuesto chico originario de Uruguay. Según el relato lo conoció en Instagram y la confidencialidad llegó incluso al uso de las llamadas telefónicas en WhatsApp.
Los problemas comenzaron cuando ella empezó a sospechar que él fingía ser otra persona, lo encaró y reaccionó con acoso. Su amistad cibernética se metió a su correo personal en donde tenía información delicada e incluso le creo perfiles falsos. Lo peor, sin embargo, fue que al sentirse rechazado esta persona comenzó a amenazarla a través de mensajes y llamadas. «Te voy a encontrar” y “Conozco la hora y el lugar donde estrenas tu obra de teatro”, fueron algunos mensajes.
La tabla de salvación contra el ciberacoso que Sandra encontró y que guarda relación con los psicólogos fue Stop Haters. Aunque con nombre en inglés, es en realidad la primer organización española sin fines de lucro que atiende la problemática. Su impulsor es el ex atleta olímpico Pedro García Aguado, quien también se ha involucrado con producciones de televisión interesantes. Uno de ellos, Cazadores de Trolls, surgió antes que la asociación y abordó casos de ciberacoso sufridos por los televidentes. A grandes rasgos lo que la organización hace es centrarse en los aspectos legales, los psicológicos y también los informáticos.
Según la numeralia que Stop Haters dio al País, desde que arrancaron en 2017 han recibido unas 70 denuncias mensuales. De todo lo que les ha llegado 76 se considera muy graves e incluyen amenazas de muerte, coacciones o extorsión. En tanto que otras 24 las clasificaron como graves y abarcan hechos como la difamación, atentado al honor o insultos.
Aunque pareciera obvio el rol de la psicología para hacer frente al ciberacoso, la publicación se centra en algunos detalles. De acuerdo con cifras de Amnistía Internacional consultados para la redacción del artículo, los efectos psicológicos del ciberacoso son devastadores. Según ellos más de la mitad de afectadas bajaron su autoestima y han experimentado estrés, ansiedad o ataques de pánico. Como consecuencia de las experiencias vividas, también se refleja un cambio en las conductas que tienen frente a las redes. Según las estadísticas muchas de ellas asumen una actitud en la que prefieren interactuar a los mínimo y no abrirse.
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