La diabetes es una enfermedad de la que a diario se lee en las noticias de Puebla y todo México. Ya es común que los medios de información nos invadan de estadísticas de la gravedad y de resultados de estudios. No sólo cuando se conmemora el día internacional de este mal sin con relación a casi cualquier tema de controversia. El vínculo entre el Tratado del Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) y aumento de diabéticos afloró este mes. Pero, ¿sabemos realmente de dónde vienen sus orígenes y por qué vale la pena analizar la enfermedad desde la psicología? El nombre del médico Frederick Banting y conceptos como la depresión, el estrés y la personalidad angustiada tienen coincidencias. En las siguientes líneas se planteará qué fue lo que él hizo por la enfermedad y la importancia de vínculos.
Nacido en Canadá Frederick Banting es históricamente conocido en la comunidad médica por haber descubierto la hormona de la insulina. El descubrimiento ocurrió en los veintes cuando él tenía sólo 30 años y lo hizo con su colega Charles Best. Ambos ganaron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1923, Banting se posicionó como el más joven en recibirlo.
Entre sus métodos estuvo probar la administración de la hormona a perros que padecían diabetes para identificar qué reacciones generaba. Al ver que con canes se reducían los niveles de azúcar, no pasó mucho tiempo para probar con un adolescente. Siete años después de obtener el Nobel el parlamento canadiense le otorgó recursos para montar un laboratorio para la diabetes. Aunque en siguientes años avanzó en la relación que esta tenía con otras enfermedades los frenó la Segunda Guerra Mundial. Fungió como un enlace entre los médicos de otros países y murió en un accidente aéreo a sus 49 años.
Si bien la aportación de Frederick Banting para la atención de personas diabéticas fue un gran salto médico, surgieron otros pendientes. Y es que se trata de una enfermedad en que pueden entrelazarse otras más, incluidas las de la salud mental. A ella se suman los abordajes que consideran daños a un nivel visual, en los nervios y al sistema cardiovascular. Al respecto existen varias publicaciones más o menos formales sobre el vínculo de la diabetes con la psicología de pacientes. Algunas de las más serias comenzaron a publicarse en los noventas, sólo unas seis décadas después de descubrirse la insulina. De manera general estas plantean cómo para los pacientes diabéticos debe considerarse la atención desde la psicología para ser integral. Si bien hay tecnicismos que se derivan de los análisis, se llega a conclusiones de modificar sus estilos de vida.
Al final, al igual que se plantea que los pacientes diabéticos cambien su alimentación y actividad física, cambia algo más. Desde la psicología lo que se busca es cambiar el comportamiento que tienen ante diferentes aspectos que afecta la enfermedad.
Esto es importante sobre todo si se considera que en la diabetes tipo 2 se tiene mayor tendencia a deprimirse. Con ellos también se tiende a la personalidad angustiada con altos nivel de estrés y con tendencia a la soledad. La atención desde la perspectiva de modificar el comportamiento incluye el realizar actividades que permitan el manejo del estrés alcanzado. Algunas de las más comunes son las de la práctica de yoga y meditación que han demostrado tener sus efectos. Los problemas sin embargo también pueden abordarse desde suplementos alimenticios que ayuden a tener un mayor control de los síntomas. La atención psicológica puede ser de manera general una alternativa para que quienes padecen diabetes lo enfrenten de mejor manera.
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