Para quienes hallan nacido en Puebla o el resto de México antes del 2000 llegó a existir la Guía Roji. Y hablo en pasado precisamente porque se ha dado a conocer que la empresa que lo producía está en bancarrota. Su final, aunque usted no lo crea, tiene que ver con un problema contemporáneo que se entiende desde la psicología.
Sí, es la adicción a las redes sociales que entre los jóvenes ya comienza a tener graves consecuencias. Y es que un abuso y mal uso de los recursos tecnológicos afecta por supuesto al desarrollo cognitivo y a las relaciones. Podría pensarse como una exageración, pero lo cierto es que ya hay quien ha comenzado a reflexionar sobre este tema. La idea, por supuesto, no es satanizar a las redes sociales a partir de la bancarrota de la Guía Roji. La idea es hacer ver cómo algo que nos podría parecer tan intrascendente tiene un trasfondo que es realmente interesante.
Pero, ¿Qué qué le pasó a la Guía Roji que llego a impactar a Puebla y todo México? La respuesta es simple y lleva el nombre de una herramienta que utllizamos a diario y para todo, que vincula lo psicológico. Resulta que ante la llegada y crecimiento de la plataforma de Google Maps, la empresa con sede en Jalisco, tronó. El término de bancarrota fue declarado en el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia Civil en el estado de occidente.
Los intentos de la empresa mexicana por colgarse de las redes surgieron incluso antes de que surgiera el proyecto estadounidense. Mientras que esto sucedió en 2005, la empresa a cargo de Guía Roji lanzó su primer portal digital en 1997. Fueron pioneros frente a otras industrias mexicanas y se caracterizaron por alcanzar popularidad y altas visitas ente los internautas consultantes. Sin embargo la publicidad internacional y la globalización caminó más rápido que lo que ellos intentaron hacer con su portal. Porque no fue que ellos no incluyeran tecnología, lo hicieron con límites y hasta hoy el sitio tiene cierta funcionalidad. Limitada, pues sólo a las ubicaciones en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, con animaciones en vez de mapas.
Con su bancarrota se acaba una historia de 90 años de esfuerzos y con anécdotas de quienes llegamos a consultarla. Se acabó también con el sueño de Joaquín Palacios Roji Lara quien empezó con esto justo en el año 1928. Curiosamente, como resultado al gusto que el empresario tenía por explorar las calles y los mapas de la capital mexicana.
La explicación para que tecnologías como Google Maps se impusieran sobre la Guía Roji, decíamos, tiene relación con la psicología. En específico con los efectos adversos que han dado pie a un nuevo concepto de adicción a las redes sociales. Par algunos especialistas esta es una situación que afecta principalmente a los niños, sin embargo también alcanza a otros niveles.
Y es que de manera general, los usuarios de aplicaciones tienden a caer en la necesidad de la atractiva inmediatez. Con ella, por su puesto, se afecta la forma de comportarse y de relacionarse con otros a niveles de sociedad. Con todo tipo de información a sólo un click es predecible la pérdida de memoria e incapacidad para memorizar datos. La interacción personal tiende a reducirse casi en su totalidad a vínculos establecidos en las mismas redes que causan adicción. La paranoia, depresión y la euforia son también situaciones que se pueden presentar con este exceso de conectividad que vivimos. En tanto que, al limitarnos a lo que nos exponen las redes sociales, se altera la percepción de la realidad.
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