Los sugar daddies son ya una tendencia a la alza en Puebla que podría dejar efectos psicológicos negativos entre adolescentes. Como prueba basta comenzar a googlear el término seguido de una “p” y con ello aparecerán sitios de búsqueda angelopolitanos. Las primeras opciones incluyen opciones de chats, así como de formación de perfiles para concretar encuentros fuera de la red. Estos sitios no tendrían nada extraño si no fuera porque cualquiera puede mentir en ellos y hacerse pasar por mayor. Las consecuencias, según han advertido especialistas sobre estas relaciones, se centra en el hecho de una relación con visibles desventajas.
¿Pero hay realmente en Puebla sugar daddies con sus respectivas sugar babies menores de edad? ¿O es una aseveración exagerada? Esta semana la asociación civil Voces Contra el Bullying puso el dedo en esa herida que se empieza a abrir. Y es que según la experiencia de activistas en escuelas de nivel básico poblanas, han tenido conocimiento de 40 casos. Sí, 40 menores de edad que han buscado acercarse a hombres de 45 años en adelante por lo que ofrecen. Al final, advirtieron se trata de patrocinadores a los que recurren niñas de entre 14 y 16 años de edad.
Pero, ¿por qué clasificar con ese término a estos hombres adultos que mantienen relaciones comprometedoras con mujeres menores de edad? Según Claudia Galileo León, se hace referencia al patrocinio por los bienes materiales que ellas adquieren por involucrarse con ellos. En los casos de los que han tenido conocimiento, explicó, se da dinero, ropa y celulares, con relaciones sexuales implícitas. Ellos se caracterizan por una situación económica cómoda y aunque pareciera lo más lógico, ellas no actúan por bienes materiales. Prueba de ello, dijo la activista, es que en algunos casos vistos, se trata de niñas que lo tienen todo.
Como una duda queda entonces qué es lo que ha motivado a las niñas poblanas a inmiscuirse en estas relaciones. Según lo visto en Voces Contra el Bullying con los 40 casos, se trata más bien de una cuestión emocional. Las sugar babies de la educación básica de la entidad, buscan en realidad el reconocimiento e incluso algo de estatus. Por increíble que parezca a la hora de tomar la decisión la psicología juega un papel importante entre las niñas.
Se busca, señalan, que exista el reconocimiento entre sus compañeras de clase y el que se les reconozca como atractivas. Y es que parte de la interacción para contactar con los sugar daddies consiste precisamente en hacerles llegar un pack. Parece un término relacionado con la tecnología y los medios para esta tendencia que en sitios de internet ya existen. En realidad consiste en el conjunto de imágenes que las niñas comparten para mostrar a los interesados sus atributos físicos.
Además de suponer un delito que los adultos se relacionen sexualmente con menores de edad, los riesgos psicológicos son altos. De por sí, han reflexionado psicólogos en el mundo, el ser la sugar baby de un sugar daddy es riesgoso. Al ser ellas menores de edad, la diferencia de años puede ser insana por la forma de relación que establecen. Cuando se trata de dos adultos con una diferencia de edad notoria, se puede sin embargo pensarse en el acuerdo que establecen. Si es una menor y un adulto, en cambio, el vínculo no tiene el mismo significado para ellos. Las relaciones de este tipo, detallan, terminan por convertirse en un acto de cosificación, basado en lo que se da. Así, se daña tanto a quien es tratado como objeto, como a quien ve al otro como objeto en cuestión.
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