La TECNOLOGÍA nos ha CAMBIADO el CEREBRO

Poralfonso

La TECNOLOGÍA nos ha CAMBIADO el CEREBRO

¿Se ha preguntado usted lector cómo la tecnología nos ha cambiado el cerebro más para mal que para un bien? No es un tema nuevo, de hecho hay bastantes estudios, artículos científicos y textos periodísticos que se centran en reflexionarlo. Sin embargo no por ello deja de ser interesantísimo para abordarlo desde la perspectiva de este blog de la psicología. Sobre todo, porque los efectos tienen que ver con la forma en cómo percibimos las realidades de nuestros respectivos entornos.

Asimismo la tecnología influye en nuestra toma de decisiones y en las consecuencias que esto tiene en nuestra vida diaria. La lista de redes sociales, aplicaciones y herramientas digitales crece casi cada día por lo que sólo reflexionaremos el GPS.

Pero, ¿Cómo un sistema tan útil como el GPS es ejemplo de que la tecnología nos ha cambiado el cerebro? La respuesta se encuentra en que los dispositivos que la usan nos han hecho cada ves más incapaces de orientarnos. Dicho de una forma mucho más coloquial, esto significa que además no le usamos el suficiente provecho a nuestro cerebro.

Y no es esta una aseveración que venga desde quienes odian los avances tecnológicos y a todo encuentran los peros. No, como ya decíamos en el párrafo anterior hay científicos que han dedicado su actividad a identificar todos estos cambios. En la siguientes líneas haré un recuento sobre lo que ha pasado con investigaciones más importantes relacionadas con el GPS.

Antes de entrar a los estudios definamos al GPS para entender por qué la tecnología nos ha cambiado el cerebro. Sus siglas están en inglés y significan Global Positioning System, tres palabras que engloban todo lo que la tecnología hace. La función del GPS es básicamente determinar en toda la tierra las posiciones de objetos con precisión hasta de centímetros. Y aunque ahora es algo que todos nosotros tenemos hasta en el teléfono inteligente más sencillo, esto no siempre fue así.

La Tecnología nos ha Cambiado el Cerebro: Todo Empezó en EE.UU

Basta recordar que es un invento del Departamento de Defensa de Estados Unidos con antecedentes en tecnología de los sesentas. Para quienes lo usamos coloquialmente el GPS sólo depende de un click, pero en realidad depende de una veintena de satélites.

Ahora bien, ¿qué es lo que dicen los estudios sobre cómo la tecnología nos ha cambiado con el sistema GPS? Dos textos ya clásicos son los que se realizaron para estudiar cómo les funciona el cerebro a los taxistas londinenses.

El primero de ellos se publicó en el 200 y estuvo a cargo de científicos del University College of London. Lo que hicieron fue analizar conexiones cerebrales de taxistas que memorizaban vialidades para obtener la licencia de prestación del servicio. Sin meternos en tecnicismos, lo que arrojó el análisis es que quienes memorizaban tenían un mejor hipotálamo por sus prácticas. La cosa cambió sin embargo una década después en que se realizó el mismo estudio a los mismos ruleteros londinenses. En esta ocasión dividieron a los taxistas entre quienes usarían su memoria y quienes recurrirían a la tecnología del GPS. El resultado fue que no tener acceso al sistema digital implicó que le exigieran más a su cerebro que habitualmente.

Los efectos del GPS son como ya vimos, buenos para entender por qué la tecnología nos ha cambiado el cerebro. Sin embargo nos encontraríamos con escenarios muy similares si analizáramos bajo la misma perspectiva otras redes sociales y aplicaciones digitales. Y no es que sea necesario poner de ejemplo herramientas muy sofisticada como el GPS y los satélites que requiere. Pensemos por ejemplo cómo dejamos de memorizar los teléfonos de nuestros contactos cercanos por tener a nuestra disposición directorios digitales.

 

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