Si hay un tema que vale bastante la pena reflexionar es la legalización de la marihuana y la salud pública. Nos interesa para los fines de este blog por la relación que guarda con las actividades y funciones del cerebro. Por supuesto está también la relación que guarda la política con lo que toca a la psicología sobre las adicciones. Posturas sobre este tema hay para aventar al cielo y ver qué nos cae, entre cosas serias y no tanto. En esta ocasión retomaré una reciente explicación que planteó el endocrinólogo y analista de temas de geopolítica, Alfredo Jalife – Rahme. De entrada, pareciera no haber relación entre las dos áreas de estudio, pero ya veremos en el texto su combinación.
Recientemente él habló de legalización de la marihuana y la salud pública en alumnos de la Universidad Iberoamericana Puebla (UIA). El foro en realidad se organizó para abordar otros temas, pero a la hora de las preguntas surgió la inquietud. En relación, por supuesto, a la probabilidad de legalizar la droga en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Lo interesante en las respuestas de Jalife – Rahme, radicó en que no va en el mismo sentido de otras posturas. Y es que el especialista se ha caracterizado por sus ideas progresistas y acordar con AMLO en otros temas polémicos. Tan sólo por poner un ejemplo basta recordar que él fue uno de los principales detractores de la reforma energética.
Y entonces, ¿qué dijo Jalife – Rahme sobre la legalización de la marihuana y la salud pública que hizo tanto ruido? Básicamente expuso desde su experiencia en los campos de la salud y la geopolítica que es una muy mala idea. De entrada, el especialista explicó que no le gusta mucho abordar el tema pues causa ruido ente quienes le siguen. En específico, porque ellos esperarían que él dijera que es algo positivo, que está de acuerdo con las ideas progresistas. Sin embargo, se mostró abierto a exponer su postura y aclaró que se basa principalmente en su formación de médico. Así partió por explicar que la marihuana puede no verse tan fuerte como otras drogas, pero sí afecta al cerebro.
Hasta aquí pareciera no decirnos nada que no sepamos ya sobre la legalización de la marihuana y la salud pública. Lo interesante de la postura de Jalife – Rahme radica precisamente en diagnosticar cómo está México ante esa posibilidad tan latente. Para el especialista el principal motivo para decir un no rotundo es que la legalización implicaría una salud pública óptima. Una que esté lista para educar a los principales consumidores de la sustancia con la molécula de THC o tetrahidrocannabinol. Informar a la ciudadanía sin embrago, no sería lo único que tendría que hacer el sistema de salud al legalizar. Este, según el médico y geopolítico, tendría que estar preparado para atender a quienes consuman en niveles adictivos y destructivos.
Así pues, vemos que la legalización de la marihuana y la salud pública como lo plantea Jalife – Rahme, es complejo. En específico si a partir de sus planteamientos nos ponemos a volar la imaginación y a hacernos bastantes preguntas serias. Tan sólo para echar un primer vistazo, podemos cuestionarnos cómo se atienden otros problemas de salud que implican procesos preventivos. Por poner un ejemplo está la diabetes que desde hace años ocupa los esfuerzos de los gobiernos federal y estatales. Que trabajen arduamente en concientizar a la población no significa sin embargo que frenaran casos o convencieran a la población. En el éxito del difícil tarea está por supuesto el tema de los recursos económicos y también la voluntad.
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