Si algo hacemos sin duda los poblanos es recurrir al engaño psicológico al restar días para llegar a las vacaciones. Para bien o mal las de Semana Santa de 2018 comenzaron hace unas horas y de frente tenemos dos semanas. En ellas, según sean nuestras posibilidades, podremos o no hacer algo para sacudirnos el estrés que cargamos en los hombros.
Las noticias, sin embargo, no son tan alentadoras si revisamos los índices que estudios internacionales nos dicen sobre este tema. Para ello, basta recurrir a los datos que plantean que los mexicanos somos de los más estresados a nivel mundial. Lamentablemente, también encabezamos la lista de quienes tienen menos periodos de descanso frente al comparativo von otros países más afortunados.
De acuerdo con diferentes análisis y comparativos, en un año laboral el mexicano tiene 6 días de vacaciones a tomar. En Brasil, Francia, Finlandia, Alemania y Suecia sus legislaciones marcan hasta unos 30 días que no todos terminan por tomar. Mientras que los americanos Chile, Colombia, Venezuela y Guatemala establecen que en un año laboral de deben ofertar 15 días. Así, tan solo con esto, nos encontramos que el poblano promedio sin acceso a beneficios mayores de ley descansa poco. Al tema, sin embargo, se suma el cuestionamiento de cómo y en qué se emplean los periodos de las vacaciones.
Al respecto el portal Expedia.mx realizó un estudio que hasta el 2014 pintaba un tanto deprimente a las pobres vacaciones.
Según sus resultados sólo un 37 por ciento de las personas reserva los días para planear un viaje a futuro. Le sigue un 32 por ciento que no logra coordinar planes con su pareja, sus amigos o también la familia. En un 10 por ciento la situación es todavía peor pues consideran que en su ausencia se tomen decisiones importantes. Otro crítico 8 por ciento de los mexicanos minimiza las vacaciones al considerar que su trabajo es totalmente su vida. En tanto que en el otro 6 por ciento se cree que pedir vacaciones se verá mal con el jefe.
En resumen, sólo 4 de cada 10 personas que por ley tienen derecho al mínimo de 6 días, no disfrutan. A esto, agrega el estudio, se suma que 4 de 10 que viajan están pendientes con gadgets de su trabajo. Aún más alarmante es la cifra que indica que el 7 por ciento de quienes vacacionan no disfrutan la experiencia.
Los datos podrían parecer superfluos y pensados para juzgar a quienes sí viven soñando con salir por fin de vacacionesde Semana Santa de 2018. Sin embargo, si se observan seriamente estos resultan en un tema a analizarse desde la visión de la psicología. Por un lado está el tema del estrés que tiende a padecer todo trabajador y que implica considerar las vacaciones de Semana Santa de 2018. Sin embargo, es también un tema de salud para la estabilidad de las empresas a considerarse desde la psicología laboral. Finalmente a una empresa no le conviene tener trabajadores estresados y tensos en un mal ambiente entre sus compañeros.
La productividad, se puede incluso pensar, no será la óptima, cuando no se respeta y fomenta la cultura de las vacaciones. Asimismo se suman temas como la lealtad y el sentimiento de pertenencia que el empleado tenga hacia su lugar de trabajo. En resumidas cuentas, el no tomar en serio las vacaciones puede dejarnos varias malas consecuencias que se pueden evitar. ¿Pero cómo? Desde lo individual y como un trabajador entendiendo que es un derecho que se debe y necesita tomar. No importa si es el viaje de tu vida o uno sencillo, el chiste es planear algo para uno mismo. Como empleador por otro lado, también vale la pena hacer balance y reflexionar sobre el impacto psicológico en los trabajadores.
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