Esta semana una actividad de origen estudiantil en Puebla llegó hasta medios internacionales demostrando con ello el poder psicológico. Se trata de la Misa Coldplay que organizó la Universidad Iberoamericana Puebla como parte de actividades del Día de la Comunidad. Y no, no se trata de un error, sino la iniciativa de los jesuitas poblanos para atraer a los fieles. La polémica por mezclar a la banda británica el acto religioso de la eucaristía fue tal que generó reacciones encontradas. Pero, ¿qué tiene que ver el estudio del comportamiento humano en todo esto? La respuesta se encuentra en el conductismo.
El mismo rector Fernando Fernández Font reconoció que la estrategia había servido para atraer a los jóvenes a la misa. «Nosotros sabemos que el joven de hoy no es el mismo al de hace 10 años”, dijo en posterior entrevista. La estratega, agregó el jesuita tiene también qué ver con hacer algo para evitar lo que está sucediendo en Europa. “Vean cuántos van a los templos, cuántos van a misa, entonces o hacemos algo o las iglesias se quedarán bajas». Fue esto último otra parte de la entrevista con la que dejó en claro que fue un tema de audiencias.
El concepto aparece en las teorías existentes sobre la comunicación en masas y por supuesto, estas se relacionan con psicología. Más en específico, con la escuela psicológica del conductismo que considera la conducta humana como respuesta frente a estímulos externos. Nacidas en Estados Unidos, estas teorías de comunicación en masas surgieron de iniciativas públicas y privadas para incidir en grupos. Su desarrollo a lo largo de los años es amplio y se enfoca más a los grandes medios de comunicación. En el caso específico de la polémica Misa Coldplay, nos sirven sin embargo para explicar qué pasó con los estudiantes.
Como lo reconoció el mismo Fernando Fernández Font, lograron el objetivo de hacer que los jóvenes universitarios sí fueran a misa. Los llamaron con una banda de pop rock que ha alimentado a su propia audiencia desde finales de los noventa. Aunque el vocalista Chris Martin se identifica con las creencias hindúes, lo que hizo la Ibero fue retomar las similitudes. En las letras, explicó el líder de los jesuitas en Puebla, se coincide con los mensajes contiene la Biblia. Lo que hicieron, fue retomar de las canciones lo que podía adaptarse a la Eucaristía y de paso robustecieron su audiencia.
Para quienes estuvieron ahí, se trató al final de un acto con todas las características de la eucaristía, aunque distinta. La mayoría de las observaciones se centraron en el llamado de los jesuitas a aceptar la diferencia y abrir corazones. Entre los asistentes hubo quien también elogió la estrategia para hacer que los estudiantes participaran así de la actividad religiosa. Las críticas, sin embargo, vinieron de la Arquidiócesis de Puebla, de católicos que se sintieron ofendidos y de algunos exalumnos. Los primeros dos religiosos pero no de la orden de los jesuitas, los segundos ofendidos por no simpatizar con Coldplay.
Las opiniones, como ya pudimos ver, tienden a ser totalmente encontradas, sin embargo se logró el objetivo de los jesuitas. Con ello, se demostró como se expuso al principio, la efectividad de aportaciones realizadas por la escuela psicológica del conductismo. Pero la modificación de la conducta es una práctica que va más allá de atraer a más fieles al catolicismo. Entre las aplicaciones que históricamente ha tenido el conductismo están la educación, la salud, el deporte y hasta la gerontología. De hecho, hasta los mismos tratamientos psicológicos, han históricamente echado mano de técnicas de conductismo logrando con ello resultados positivos.
CONOCE
® Misa Coldplay en la IBERO Puebla
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