¿Te has puesto a pensar cómo pasarán las fiestas decembrinas los afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre? ¿Esos, por ejemplo, que en cosa de segundos perdieron todo lo que constituía su hogar y que no han recuperado? La inquietud llegó a un grupo de activistas y empresarios poblanos que se propusieron hacer que les regrese la alegría. Y es cierto, habrá quien piense que son urgentes las obras, los muebles, lo básico para regresar a la normalidad. Pero el estado de ánimo de los damnificados es igual o más trascendente y su proyecto abarca a la pricología. Pero, ¿qué es lo que están haciendo estas personas que resulta tan interesante como para reflexionarlo desde este último enfoque? Es fácil, buscan recolectar 60 pinatas y 600 aguinaldos para repartirse en comunidades de la Mixteca el 17 de diciembre.
La campaña inició hace un par de semanas y ha atraído a todo tipo de altruistas por las redes sociales. Entre los organizadores están grupos ciudadanos surgidos tras el sismo, vecinos organizados de San Pablo Xochimehuacán y también empresarios cholultecas. La frescura y nobleza de su iniciativa hizo que también volteara para promoverlos el locutor de radio con mayor audiencia. A una semana entre los activistas se reporta que ya tienen casi todo listo para armar las posadas previstas originalmente. Claro que agregan que la idea es tan ambiciosa que ninguna ayuda sobra y quien tenga algo que sumar, escriba.
La ayuda psicológica más emergente tras el pasado sismo debió prestarse a los mas afectados en las primeras 72 horas. Sin embargo este campo de estudio sigue teniendo efecto entre las comunidades al paso de los meses, mientras ellos mejoran. Pensar en aguinaldos y piñatas para compartir con ellos es una forma de hacerles ver que ahí está el respaldo. Asimismo les permite regresar a actividades cotidianas como las que hubieran vivido en cualquier año sin las tragedias del 2017. Esto último impacta claro en los adultos, pero de manera especial a los más pequeños de las poblaciones con afectaciones. Finalmente las fiestas decembrinas es algo que esperan los niños por el significado que estas tienen y marca su infancia. Asimismo, en el contexto en el que viven, les permitirá salir por un rato de las tensiones de los adultos.
Al final, esta propuesta de activistas y empresarios se suma a la serie de acciones generadas por el fuerte sismo. El mismo grupo de personas ayudó, por ejemplo, a cordinar la recepción y entrega de apoyos provenientes de los ciudadanos. Se caracterizaron para ello con esquemas de transparencia en los que comunicaron a la prensa varias de sus numeralias relevantes. Lo anterior cobra relevancia dada la deconfianza que la población demostró tener por lo que hicieran sus autoridades en crisis. Esa desconfianza causó de inicio que los apoyos fueran desorganizados y que no llegaran a quienes realmente sí lo necesitaban. Así, se colapsaron caminos, en algunos puntos hubo desperdicio y en otros más tardaron días en recibir los diversos artículos.
En el caso de los vecinos de Xochimehuacán estos impulsaron además otro proyecto que tuvo su grado de impacto psicológico. En su caso dedicaron las semanas posteriores al sismo a recolectar palets, los tablones de madera que generan las industrias. ¿Y qué hicieron con ellos? Nada más y nada menos que decenas de camas improvisadas para garantizar mejoras al descanso. Si bien no eran muebles formales ellos se plantearon darles un lugar un tanto más cómodo para dormir de noche. Al final el tener dónde hacerlo puede relacionarse con la disminución al estrés psicológico que les dejó el fenómeno natural.
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® Piñatas en la Mixteca por el Sismo
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