La conmemoración del Día del Niño es una fecha que nos lleva a reflexionar sobre los adultos poblanos con el Síndrome de Peter Pan. Se trata de quienes encajan en el síndrome que lleva el nombre del personaje de Disney y aborda la psicología. En una idea muy romántica y superficial se les ve popularmente como los niños encerrados en los cuerpos de adultos.
Este enfoque ha servido de pretexto incluso para valerse del síndrome en la creación y divulgación de algunas campañas publicitarias. Después de todo, en varios de quienes padezcan las características las compañías pueden encontrar un buen mercado a explotar ampliamente. Sin embargo al considerar las afectaciones que significa presentar rasgos de ese síntoma se trata de algo que requiere seriedad. Entre otros aspectos por que el no atender las señales que se presentan puede derivar en consecuencias que resultan graves. De manera general pues las características de personas que se encuentran en este supuesto pueden afectar la autoestima y autoconcepto. Como podremos ver en esta entrada, aunque no se trata de una enfermedad sí se ha ampliado desde la psicología.
Para entender el hecho de que existan los adultos poblanos con el Síndrome de Peter Pan es importante que revisemos algunos antecedentes de historia. Ya dijimos que no es una enfermedad y tampoco aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Sin embargo para llegar ahí fue relevante la publicación del libro The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up. El texto es de 1983 y lo escribió el psicólogo Dan Kiley dándole con esto nombre a características de siempre. De acuerdo con él quienes sufren el síndrome de Peter Pan se caracterizan por inmadurez en aspectos psicológicos y sociales. Estas personas se destacan por tener personalidades en las que se muestra el narcisismo como parte de esa vida inmadura. Es decir que aunque se crece físicamente su yo se muestra como una representación internalizada del paradigma de la infancia. Para Kiley se presenta irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, arrogancia, dependencia, dejación de envejecimiento, manipulación y tendencia contra las leyes establecidas.
Los antecedentes para entender a los adultos poblanos con el Síndrome de Peter Pan los amplió más adelante el también psicólogo clínico Antonio Bolinches. El especialista ha ahondado en que quienes padecen el síndrome idealizan su juventud para negar que llegaron a la madurez.
En su vida diaria, agrega, se nota en ellos que también hay un miedo marcado a enfrentarse a la sociedad. Dadas estas y otras características su situación les lleva a mostrarse como personas inseguras y con una marcada baja autoestima. Ya que caen en el egocentrismo esto les hace creer merecedores de recibir sin dar y sin que importen otros. Esto por supuesto los lleva a ser irresponsables y a tener miedo a los compromisos como situaciones que coartan libertades. Finalmente Bolinches plantea que estas personas tienen una baja tolerancia a la frustración y ello les lleva a insatisfechos constantemente.
Al hacer una revisión a los antecedentes de los adultos poblanos con el Síndrome de Peter Pan podemos pensar que se asemeja a millennials. Ya en una entrada anterior se había abordado en este espacio como esa generación se asemeja al personaje de Disney. En realidad los millennials y los adultos Peter Pan poblanos enfrentan características y vivencias similares que les generan diversas dificultades. La diferencia es que en el primer caso se habla de toda una generación entre la adolescencia y los treintas. Mientras que a los Peter Pan a secas se les conoce desde siempre y se les bautizó desde los ochentas. En cualquier caso, se les llame de uno o de otro modo lo importante es reconocerlo como un problema psicológico.
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