Un estudio de la Universidad del País Vasco respecto a la Psicología Forense reveló un tema de importancia. Lo anterior respecto a los trastornos de personalidad en las conductas violentas. Según Esbec y Echeburúa quienes fueron los investigadores, en diversos estudios se ha demostrado que los trastornos de personalidad representan de alguna manera un riesgo clínico significativo en conductas de violencia.
En el estudio que realizaron este par de investigadores se intento investigar acerca de una relación. Esta era lo que tendrían los Trastornos de Personalidad y la violencia respecto a 4 dimensiones fundamentales. La primera dimensión se refería a la impulsividad. La segunda respecto a la falta de regulación emocional. La tercera fue respecto al narcisismo y las amenazas al yo. Y la cuarta analizo los estilos de personalidad paranoides.
Respecto a las dimensiones de impulsividad y de falta de regulación emocional, se encontró algo interesante. Esto fue que ambas estaban altamente correlacionadas con los trastornos de personalidad. Las otras dos variables que eran la de narcisismo o amenazas al yo y el estilo de personalidad paranoide, simplemente tuvieron una correlación significativa.
Lo interesante del estudio respecto a la psicología forense tiene que ver con lo siguiente. Que los síntomas de los trastornos de personalidad son importantes predictores de las actitudes violentas. Obviamente dentro de ellos consideraron por supuesto que los trastornos más importantes correlacionados fueran los de síntomas paranoides, narcisistas y antisociales.
Otro punto importante que se encontró con esta investigación de Psicología Forense fue que los trastornos eran habitualmente egosintónicos. Lo egosintónico desde la psicología psicoanalítica se refiere a todos aquellos rasgos de la conducta de una persona que no son visibles mediante la conciencia normal de los propios síntomas. Es decir las personas son ajenas a entender que dicho rasgo de conducta negativa es de ellos. Normalmente dichos síntomas son algo que no consideran como un problema dentro de su conducta.
El segundo punto de dicha investigación que fue relevante significó darse cuanta que existe comorbilidad con los trastornos clínicos y los trastornos de personalidad que en el DSM fueron conocidos hasta el DSM IV como Eje I y Eje II.
El tercer punto importante de la violencia fue encontrar que se relacionaba estrechamente con el consumo de drogas. Lo cual por supuesto, tendría mucho sentido.
Para toda aquella persona interesada en la psicología forense creo que es importante conocer esta información. Esto debido a que tenemos que comprender que las conductas agresivas parten de la psicopatología. No podemos pensar que la enfermedad psicológica no genera problemas como la violencia. Y es por tanto que dicho producto de la enfermedad de las personas debería de verse de una nueva forma. Una forma donde se aceptara que nuestra enfermedad mental esta generando conductas violentas en nuestro entorno. Así el considerar mejorar nuestra salud mental, como política publica mejoraría las cosas. Pero dicha oportunidad solo puede estar en nosotros. Tanto como personas como respecto a especialistas de la salud mental.
Es así que tenemos que comenzar a considerar de nuevas maneras que la salud mental tiene que ser promovida. Y así evitaremos que sucedan muchas cosas con las que no estamos de acuerdo. Si no queremos que mujeres sigan siendo violentadas a diario en nuestro país por ejemplo, tendremos que apostarle a que las personas estén sanas psicológicamente. Si los índices de violencia no han disminuido lo es porque tampoco se han hecho programas de salud mental.
Invitemos pues a todas las personas que conocemos a buscar ayuda y a deshacerse de sus trastornos de personalidad. Entendamos que cambiar eso dentro de nuestro país nos generará por supuesto un gran crecimiento.
CONOCE
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