Ante el incremento en los índices delictivos, una medida han planteado autoridades: prohibir la venta de alcohol desde la medianoche. En próximas semanas en la ciudad de Puebla no habrá más venta de productos en vinaterías y tiendas de autoservicio. Aún sin ponerse en marcha la determinación del ayuntamiento a cargo del alcalde Luis Banck Serrato, ya hay reacciones ciudadanas. Para algunos inconformes esto es una medida sin sentido, para otros más se trata de un disfrazado toque de queda. De alcohol y delincuencia. Pero, ¿hay en serio evidencias psicológicas que indiquen que el consumo de estas drogas legales hagan que la delincuencia crezca?
Sobre alcohol y delincuencia, con literatura y artículos académicos se han buscado respuestas desde distintas disciplinas y campos de estudio. Así psicólogos, médicos, sociólogos, juristas e incluso criminólogos han abordado el resultado entre el vínculo de este par de factores. Es desde la criminología donde se ha buscado conjuntar posturas para explicar cómo afecta consumir el alcohol a los delincuentes. Uno de estos esfuerzos, es el de estudios en esta materia desde la Universidad Camilo José Cela (UCJC) de Madrid. En 2015, desde esta universidad privada española, se buscó plantear una visión histórica de cómo se ha visto el tema.
Investigaron Francisco López, Francisco Pérez y Nicolás Marchal, de la UCJC, así como Cecilio Álamo de la Universidad de Alcalá. Su estudio parte de que las sustancias psicotrópicas y el desarrollo cultural humano ha sido una constante en la historia. Su uso recreacional, advierten sin embargo, ha derivado en dependencia y también en consecuencia que incluyen a los actos delictivos. La relación entre alcohol y violencia, agregan, ha llevado a que en la historia se decretaron modelos de ley seca. Pero estas leyes también fueron perjudiciales como el caso de Estados Unidos donde generó clandestinaje y otros delitos más graves.
En el caso de México hay estudios sobre el tema como los de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Una de sus publicación bosqueja «El alcoholismo como factor criminológico» y se centra en el caso de la metrópoli Monterrey. No cita datos duros pero menciona cómo a final de siglo pasado más de la mitad de delincuentes estaban alcoholizados. Como factores de predisposición detalla que la cultura del mexicano incluye el consumo de bebidas embriagantes en casi cada fiesta. Por otro lado detalla que el alcohol orilla a los sujetos a hacer cosas desinibidamente, como el hecho de delinquir.
Tanto en este texto de la UANL como en notas recientes de la prensa mexicana se describen algunos intentos variados. De Monterrey se habla de un alcalde que limitó la venta de alcohol por impuestos y sí bajaron los delitos. Sin embargo esta restricción se dejó atrás por un tema comercial que afectaba intereses de los empresarios de la ciudad. Antes de Puebla en la última década se intentó también en ciudades como la de México pero sin reflejar resultados. Incluso en San Pedro Cholula se intentó al inicio del actual gobierno municipal pero solo pudo operar por algunos meses.
Por ahora la prohibición en Puebla la discuten regidores y podría aprobarse en algunas semanas en una Sesión de Cabildo. Se prevé que lo que aprueben considere sólo una prueba piloto que durará los siguientes cinco meses tras la determinación. Con ello se dejarían de lado las opiniones del sector comercial que temen crecimiento de compra-venta en el mercado negro. Asimismo sería una decisión limitada pues sólo será aprobada para restringir la capital poblana más no para los municipios vecinos. El consumo de alcohol con horarios libres seguirá igual en Cuautlancingo, Coronango, así como San Andrés y San Pedro Cholula.
® Puebla | Alcohol y Delincuencia: Luis Banck
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