La palabra de Catarsis fue descrita por Aristoteles en la antigüedad. Significaba una purificación emocional a través de poder redimir en la observación de la tragedia. Al ver proyectado en los personajes las propias pasiones, la persona estaría en capacidad de compasión y miedo purificar su alma.
Ahora bien en el psicoanálisis, según Laplanche y Pontalis, la catarsis es un fenómeno que sucede dentro de el análisis donde el efecto terapéutico que se buscaría es tener una “purga” o “catarsis” adecuada de afectos patógenos. En estos la cura permitiría al sujeto evocar e incuso revivir los acontecimientos traumáticos. Siendo que a dichos acontecimientos se encuentran ligados afectos y a través de la abreacción se puede liberar de estos. A lo largo de la historia del psiconálisis, se conoció que la catarsis era un fenómeno observable durante la hipnosis. En dicho fenómeno, las personas vivían el proceso de la cura a través del habla. La simple situación de que las cosas se hicieran más conscientes, permitían a las personas vivir de una manera diferente. Vivir con un entendimiento de los fenómenos a través de un contacto mucho más cercano consigo mismo.
En la actualidad el concepto de catarsis es uno de los cuales ha impactado de forma contundente el lenguaje coloquial. Parece que nos será muy difícil dejar de decir que hablar o decir algo nos ha permitido tener una catarsis. Ciertas situaciones de vida nos empujarán siempre a decir que el “hablarlo ha sido catártico”.
A mi parecer gran parte de las técnicas de psicoterapia actual entienden que el fenómeno de la catarsis es parte de las cosas con las que se encuentran a diario. Vivimos en el espacio de nuestro consultorio el que las personas puedan curar su alma. Esto a través de la vivencia de si mismos proyectada como en una obra de teatro. Así entonces sucede a diario la catarsis. Como un fenómeno que nos recuerda que tenemos que ver el escenario en el que nos encontramos sumergidos.
Ahora bien una de las consideraciones que creo debemos de tener es el preguntarnos lo siguiente. ¿El simple hecho de hablarlo o de verlo en escena, nos cura?. Y eso es un tema importante a discutir. Continuamente creo que mis pacientes en el consultorio creen que simplemente van a sanar en el momento de hablarlo. Por una parte creo que hay mucha certidumbre en considerar que hablar es un fenómeno muy valioso para el entendimiento emocional.
Por otra parte creo que no todo queda en la oportunidad que en ocasiones tenemos para hablarlo. Me parece que otras capacidades son necesarias. Entre ellas se encuentra la capacidad de la integración de las ideas, por ejemplo. Es decir, las personas tienen que deconstruir y construir. Así pueden integrar las cosas, ya que el simple hecho de encontrar algo que no recordabas, no quiere decir que verdaderamente te vas a empeñar en entenderlo o de hacerle frente.
A mi parecer la catarsis simplemente es la primer parte del trabajo que realizamos para encontrarnos con un bienestar psicológico. Esto en el momento que decidimos verdaderamente reflexionar sobre el hecho de conocernos a nosotros mismos.
Uno de los puntos que me parece que se tiene que tener cuidado es que no todo lo que creemos que es catártico, realmente reunió sus requisitos. Parece ser que el simple hecho de hablar no es suficiente. Me parece que algunas personas no pongan sobre la mesa lo que verdaderamente debería de haber. Y así no me parece que se este teniendo una catarsis. Si no podemos ser lo suficientemente honestos y hablar con la verdad. Si seguimos ocultando nuestras cosas, el fenómeno no será real ni duradero.
Así lo catártico tiene que ser una forma de entender las cosas siendo realmente honestos y permitiéndonos conocer lo que verdaderamente está en nuestro inconsciente.
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