¿En cuantas secundarias y preparatorias poblanas no existirán adolescentes que por su comportamiento generan prejuicios entre compañeros y claro, maestros? Esos estudiantes que, por rebeldes, por generar desorden y por ir en contra de las reglas se ganan castigos constantes. Esos a los que seguramente se señalaría sí un día sucede alguna circunstancia que requiera identificar públicamente a un culpable. Aunque no está rodada en una ciudad mexicana como Puebla, sino en un condado estadounidense, la serie American Vandal ejemplifica. Se trata de un documental ficticio que integra las producciones de Netflix y se acerca bastante a la psicología adolescente. Verlo, como con casi todas sus propuestas, entretiene y en este caso ayuda a entender qué pasa con los adolescentes.
La historia es simple: un día sin clases, pero con actividades académicas, algo lleva a juzgar al malo del bachillerato. En sólo media hora 27 penes se graffitean con aerosol rosa fluorescente en vehículos de distintos profesores de la institución. Aunque hay cámaras de videovigilancia en el estacionamiento estas se desconectan en la media hora en que suceden los hechos. Sin pruebas, pero con prejuicios, todos aseguran que Dylan Maxwell el peor portado de todos fue el responsable de todo. Así transcurre American Vandal.
Es famoso por hacer bromas tipo Jakass, hace dibujos similares en todos lados y he desesperado antes a varios profesores. Se le cree tonto, trabaja en un negocio de comida rápida y nadie apuesta ni un centavo por su futuro. La situación lleva a que alguien jure haberlo visto pintar, lo expulsan y le espera un juicio de autoridades locales. Quien no se cree la historia es Peter Maldonado, compañero de clases y director de la TV estudiantil, quien investiga. La serie se convierte entonces en un gran documental de ocho episodios que entretienen tan bien que se pasan rápido. El trabajo de Maldonado se basa a grandes rasgos en analizar la psicología del resto de los alumnos del bachillerato. A lo largo de la serie vemos historias de sexo, alcohol, drogas, baja autoestima y otros temas relacionados con adolescentes.
Sin adelantar de qué va el final vale la pena ver qué pasa con Dilan y los prejuicios que vive. Con todo y que es ficción, tanto lo que el protagonista como el resto de alumnos documentados viven, genera reflexiones. En realidad, tanto el peor portado de la escuela como los que parecerían los más normales cargan con riesgos psicológicos. Nadie está exento entonces de tener motivos fuertes para reaccionar con un mal comportamiento como el de las pintas obscenas. Los adultos de la serie tampoco quedan bien parados al demostrarse que realmente no saben cómo tratar los problemas adolescentes.
La forma en que se presenta la psicología de quienes viven el crítico bachillerato es una apuesta original de Netflix. El formato se conoce como “mockumentary” y combina el verbo “mock” que significa burlarse y el término “documentary”, un documental. Se trata pues de presentar, con seriedad y naturalidad de un hechos de los que en realidad se hace sátira. Nace con un filme de 1933 de Luis Buñuel y La Guerra de los Mundos de Orson Welles en radio. Otros mockumentaries famosos fueron una película de The Beattles, los directores Federico Fellini y Woody Allen también los han hecho.
Retomado el concepto para una serie de la plataforma de streaming es como se dijo opción de entretenimiento y reflexión. Además del formato y la historia, engancha el hecho de que las redes sociales sean también protagonistas de la trama. Al final, estas influyen en la psicología de los adolescentes y se hace un uso riesgoso de videos y mensajes.
® Mockumentary American Vandal de Netflix
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