Si algo ha roto el internet de los poblanos en las últimas 36 horas ha sido la violencia en Acatzingo. En él municipio de la zona del Triángulo Rojo por el robo de hidrocarburos por parte de huachicoleros hubo balazos. Podría pensarse que para algunos los ataques de este tipo ya son comunes por la frecuencia con la que ocurren. Sin embargo entre sus pobladores todavía generan malestar y preocupación como sucedió con el más reciente enfrentamiento de esta semana.
En esta ocasión de acuerdo con reportes de las autoridad, murió una persona y otras dos resultaron lesionadas como consecuencia. Si bien son solo tres personas las cuales afectados en la zona huachicoleros, pero la lista ha crecido desde 2016. Tan solo en una de las semanas de la primer quincena de abril se registraron 20 muertes en la zona.
La violencia en ese corto periodo llegó a Tepeaca, Tlacotepec, Tecamachalco, Acatzingo, Esperanza, Palmar de Bravo y también Cañada Morelos. Muchas muertes si se considera que en esas demarcaciones hay rasgos de poblaciones pequeñas , frente a las de otros municipios. El huachicol y sus consecuencias es a primera vista un tema de procuración de justicia que tendrían que ver autoridades. Empero, como lo veremos en este texto, es un tema en el que también tiene algo que ver la psicología.
Pero, ¿Qué es lo que los psicólogos podrían hacer ahora para intervenir en el tema de la violencia en Acatzingo? La respuesta se encuentra en una rama del campo de estudio que ahora resulta de bastante utilidad, la psicología criminalística. Como el nombre lo sugiere de analizar el comportamiento, pero en este caso el de los criminales que requieren análisis.
La definición de esta rama es muy amplia, sin embargo a grandes rasgos, lo que busca es dar respuestas sustentadas. A través de diferentes herramientas, la psicología crítica busca explicar el por qué los delincuentes se portan de determinada manera. Entre los comportamientos desde la psicología no solo debería subir para generar documentos de tipo descriptivo, para llenar el escritorio. No lo que se puede alcanzar con la psicología criminalística tendría un impacto importante en la inteligencia de fuerzas policiales.
Orientar por ejemplo, las acciones próximas que los involucrados en el crimen organizado podían realizar para afectar a la población. Se podría también vislumbrar como es que los huachicoleros actúan para enrolar a más personas para desarrollar actividades del crimen. En suma, la psicología criminalística y sus resultados seis pueden fortalecer a las autoridades en la búsqueda de la justicia. Lograrlo sin embargo podría ser complicado si se considera que aspectos básicos como los ministros públicos capacitados y habilitados, fallan. Al final tendría que ser un tema a incluirse en los presupuestos del gobierno para que se le asignen recursos.
Ante el tema de la violencia en Acatzingo además de la psicología criminalística podrían incidir otras ramas del mismo campo. Finalmente lo que los huachicoleros dejan a su paso son personas con miedos y también con una serie de pérdidas. Estas últimas incluyen tanto las pérdidas patrimoniales, como la pérdida de tranquilidad y lamentablemente por asesinatos de algunos seres queridos.
En todos los casos la psicología encuentra un quehacer en la búsqueda de superación de duelos para quienes perdieron algo. Como en todo duelo, llegar a buen puerto es sinónimo de estabilidad emocional y de que las personas podrán mejorar. Hacerlo es importante a nivel individual, pero también tendría un impacto en la sociedad ante los huachicoleros que les rodean. Finalmente quedaría evidenciado que la psicología también tiene una responsabilidad y una respuesta ante el crimen organizado y sus daños.
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