Varias conjeturas nos hacemos respecto a la muerte. Y la psicología estudia a la misma a través de la tanatología. Nuestros más importantes miedos giran alrededor de la muerte. Y como dice la sabiduría cotidiana, solo una cosa tenemos segura en esta vida. La muerte. La muerte es demasiado común para el ser humano. Y es en ese ultimo aliento, donde las personas dejan de existir. Es así que podemos lograr definir que aquel que vive eso, está muerto. El muerto deja de respirar, para siempre.
Ahora bien, de la muerte aunque la neguemos o aunque nos queramos alejar de ella, no podremos evitarla el día que llegue. Cuando la muerte llega, ni para salir corriendo. Respecto a la muerte, también son muchas las maneras en que las personas suelen lidiar con ella. Para muchos es algo que en verdad no desean que suceda. Para otras personas es la mejor manera y la más deseada para poder por fin descansar. Hay otros que ni siquiera planearon que sucediera.
Como mexicano no dejo de pensar en la simbolización que nuestra cultura imprime en nuestra concepción de la muerte. Y parece que somos un país que la vive de una forma muy especial y con fervorosa tradición.
Pero, ¿qué cuestionamientos se generan mediante la tanatología?. Bueno muchos de ellos se enfocan a tratar de entender la importancia de este evento tan temido y evitado por las personas. Algo es cierto y esto es que las personas describen mucho de cómo viven la muerte a través de sus fantasías. Las cuales se imprimen de la ideosincracia a través del lenguaje.
A algunos autores les gusta decir que las personas se impiden hablar sobre la muerte. Sin embargo yo considero que las personas hacen todo lo contrario. Hablan sobre la muerte. Y a través de sus vivencias es como deciden relacionarse con la muerte.
El poder contextualizar lo que nos genera una angustia ante la muerte, es muy complicado. Sin embargo parece ser que para cualquier persona el instinto de vida puede ser muy fuerte. No olvidemos la lucha diaria de muchas personas ante enfermedades terminales. Parece ser que la vida es una situación que le da sentido a nuestra existencia.
El querer vivir y el querer que vivan los demás trasciende muchas cosas. Y parece a veces que entendemos tan bien la muerte, que nuestro problema real radica en nuestra incapacidad para aceptar nuestra imposibilidad para vivir. En la muerte confrontamos la vida y lo que no estamos dispuestos a perder de ella. Pareciera que cuando alguien muere, también muere una parte nuestra. Por eso nos sentimos muertos ante la muerte.
La paradoja de la vida y la muerte es inapelable. Puesto que en ello comprendemos que son inseparables. Curioso es que tengamos una rama de la psicología como la tanatología para comprender la muerte. Tambien que esta tenga que ser contemplada como algo especial y como un fenómeno ajeno a la tradicional celebración de la vida en la psicología.
Sabemos con mucha certeza que la muerte es algo inaceptable en muchas ocasiones. Pero a mi parecer esto es inherente al ser humano. Porque simplemente no nos gusta que mueran las personas. Tampoco nos gusta morir. Sin embargo tenemos que entender que el problema radica en no querer enfrentarlo. El cuestionamiento es si lo que no queremos enfrentar es la vida o la muerte. Pareciera que de fondo con esta comprensión podríamos lograr el verdadero camino espiritual. Donde la vida y la muerte, son.
Ojalá y pudiéramos ser más conscientes de lo efímera y perdurable que es nuestra existencia. Y probablemente ahí encontremos que respuestas tiene para nosotros el estudio de la muerte.
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