Una adicción muy vista ente los millennials poblanos y los de casi todo el mundo es la de realizar viajes. Es serio y hasta tiene nombre, o por lo menos uno que viene de la ciencia y sirve para explicarlo. La Real Academia de la Lengua define entre su basta y larga lista de conceptos al término de la dromomanía. La describe de una manera puntual como la inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro. Antes de que la palabra se difundiera en internet dentro de publicaciones sobre viajes y estilo de vida, tuvo historia. Como casi todos los temas que abordamos en este espacio de reflexión, relacionada con la salud y psicología en específico.
Más allá de la definición están algunos hechos históricos que resultan interesantes para entender por qué define a millennials poblanos. Según algunas publicaciones al respecto es una condición espontánea en la que se escapa de la rutina para realizar viajes. En el camino de largas distancias se pueden asumir distintas identidades y ocupaciones distintas a las que se registran cotidianamente.
Al francés Jean – Albert Dadas se le conoce como el mayor dromómano registrado de la historia por lo que hizo. Según el ensayo de su médico psiquiatra Philppe Tissié se la admitió en un hospital tras realizar una irracional caminata. A finales del siglo 19 el hombre atravesó ciudades como Berlin, Praga, Moscow y Constantinopla en 5 día e inconsciente. Aunque médicamente no fue un síndrome que se ampliara ahora es popular para definir a los amantes de los viajes.
La tendencia de los millennials poblanos es en realidad una situación extendida a todo el mundo según estudios sobre ello. De acuerdo con una investigación financiada por la compañía de seguros Alianz Worldwide Partners en 2016, los datos fueron reveladores. El informe fue recogido y desmenuzado por el medio español especializado en turismo Hosteltur, que reconoce el mercado entre jóvenes. Para el estudio se entrevistaron a 5 mil 518 personas de entre 18 y 30 años, originarios de 11 países. El listado incluye a Francia, Alemania, Australia, Austria, China, España, Estados Unidos, Italia, Polonia, Reino Unido y los Países Bajos.
En el caso de los españoles se resalta que el 99 por ciento ya había viajado al menos una vez. En todos los países destaca que quienes no han viajado o han viajado poco tienen deseos, pero no los recursos. Las webs de hoteles, compañías aéreas, portales nacionales de turismo y blogs es lo que más consultan para soñar viajes. Los teléfonos móviles se consideran como los grandes aliados tanto para planear, como para considerar la opción de asistir emergencias. Los porcentajes son altos en el hecho de buscar destinos poco visitados y en verse a futuro como viajeros expertos.
Como toda adicción esta en la que tienden a caer los millenials poblanos tiene una lista de contras a considerarse. Si bien no se trata de un consumo que ponga en riesgo su salud, mal planeado puede arriesgar su economía. Comprometer, por ejemplo, los recursos monetarios que bien podrían servir para garantizar tranquilidad ante el retiro de la vida laboral.
En el afán de acumular recursos para viajar se puede también poner en riesgo la capacidad adquisitiva para resolver necesidades. ¿Escatimar en los combustibles, en los alimentos y hasta en la ropa? No es exagerado y hay quien lo hace. Sitios especializados en el estilo de vida de viajeros como Intriper lo sugieren seguido con imágenes en las redes sociales. La frase “Estoy entre quiero ahorrar y sólo se vive una vez” junto a un paisaje fue un mensaje reciente. El sitio WOW México, por poner otro ejemplo, difundió otro mensaje inspirando a mexicanos a hacer todo por lograr viajes. Evitar compras innecesarias y pagar servicios, resistir antojos, evitar taxis y Uber, guardar cada monedita y soñar, incluyen sus propuestas.
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