De vista el fidget spinner es sólo un juguete de materiales comunes que ha puesto a girar a algunos usuarios. Atrás de ese objeto que cabe en la mano y no esconde una gran tecnología hay altos e irracionales precios. No faltó en Puebla quien sacó provecho de su fama de apenas unos meses con torneos y grupos de convivencia. Pero sobre todo, hay efectos terapéuticos que se le han inventado pero que desmienten especialistas en trastornos de tipo psicológico. Ante la fama que han ganado para curar males, vale la pena revisar qué es cierto y falso de ellos.
Pareciera por lo fácil que se pasa de boca en boca, que los fidget spinner existen desde hace mucho tiempo. Cosa falsa, ganaron popularidad cerca de junio y está creció tanto que artículos especializados en el mundo geek dedicaron textos. La sección ICON de El País es uno de esos ejemplos en que el juguetito de desmenuzó desde diferentes ángulos. A los psicólogos tocó la pregunta de si en verdad servía para el estrés y el déficit de atención infantil. ¡Falso!, fue la conclusión de los especialistas quienes advirtieron que venderlo como tal incluso se presta a una práctica fraudulenta.
La psiquiatra infantil Beatriz Martínez expresó al diario español que la oferta como tal requería de investigaciones que lo comprueben. El neuropsicólogo, autor de El Cerebro del Niño Explicado a los Padres, Álvaro Bilbao, fue más detallista en la farsa. Según explicó, el juguete puede lograr que el niño se concentre en él, pero esto no resulta en algo productivo. De acuerdo con el especialista no hay efectos a largo plazo como los de normas, el autocontrol y los límites. Los padres con hijos que padecen el déficit de atención, agregó Bilbao, requieren mensajes realistas y no comprar productos milagro.
Además de abordar el tema de este trastorno psicológico infantil, el especialista ahondó para El País en otras reflexiones interesantes. Para él lo que puede explicar el furor es el movimiento, el ruido hipnotizante y la expectativa de verlo parar. Al final, destaca Bilbáo, tanto para lo dicho sobre el fidget spinner del déficit y el estrés importa el tiempo. Cualquier producto al que se le bautice como terapéutico, detalló, requiere de cuatro a cinco años de investigación científica previa. La especialista en infancia y adolescencia Cristina García Van Nood, ejemplificó también la poca atención de pacientes que lo juegan.
Algo cierto y curioso que sí aclara el artículo del País, es tristemente la historia detrás del hoy, popular juguete. Antes de ser la estrella del 2017, vio la luz en 1993 cuando lo inventó una madre para su hija. Catherine Hettinger lo inventó para Sarah, una niña entonces, con miastenia, una enfermedad que afecta los músculos y genera fatiga. Lo que hoy conocemos como fidget spinner era uno de los pocos juegos que la menor podía compartir con ella. Aunque Hettinger logró patentarlo, en 2005 ya no pudo pagar la renovación de 360 euros y alguien más lo aprovechó. Por lo que ha contado en entrevistas, su objetivo nunca fue económico y ahora le da gusto saber su éxito.
Mientras rumores falsos y ciertos se extienden en torno a los fidget spinner, Puebla no queda atrás de la tendencia. Pese a que especialistas en psicología niegan sus efectos, estos se venden como tal en cruceros, mercados y hasta librerías. Como cosa curiosa se encuentra el caso de poblanos que lo han visto como una herramienta más para generar competencia. ¿Increíble? ¡Hasta existe un grupo en Facebook! Sí, se llaman Spinners Puebla y llevan ya tres torneos organizado entre usuarios.
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