«Mocharle la mano al que robe, así de simple», fueron palabras que impactaron la psicología de los poblanos y mexicanos. Salieron de la boca del candidato independiente a la presidencia de México Jaime Rodríguez Calderón en el debate del domingo. “Necesitamos mocharle la mano al que robe en el servicio público”, continuó el ex gobernador de Nuevo León generando reacciones. Luego en su intervención vino una defensa al éxito que ha tenido la medida en países que tienen prácticas similares. Ante tal propuesta, claro, una de las moderadoras del encuentro entre los candidatos le cuestionó si hablaba o no literalmente. Su respuesta impactó porque confirmó que lo decía en serio, sí pues, con todo y una respectiva reforma de diputados. En la transmisión del debate parece haber algo de risas, estas se evidenciaron más en redes sociales en pocos segundos.
Todo tipo de chistes, imágenes y hasta videos con animaciones se pudieron ver entre las cuentas de los internautas poblanos. Algunas incluso de un humor muy negro en el que se hacía respectiva burla de las personas sin alguna extremidad. Otras fotografías más, modificadas, en las que se mostraban a políticos conocidos públicamente, pero claro, sin manos por ser corruptos. A más de 48 horas de la ocurrencia del político conocido como “El Bronco”, las burlas no paran en redes. Sin embargo más allá de carcajearnos vale la pena analizar lo que algunos analistas han planteado sobre su impacto real. Después del debate las mesas de análisis fueron distintas según los medios de comunicación, pero coincidieron en un tema psicológico.
Aunque no lo expresaron abiertamente se trata de una situación que puede tener algún impacto en parte del electorado poblano. Entre las opiniones resaltó el hecho de que se vea al Bronco como un político de ocurrencias que atrajo miradas. Quienes reflexionan en las leyes, explicaron los analistas, pueden reflexionar y dejar lo dicho en un simple atractor de reflectores.
Sin embargo coincidieron en que esas frases polémicas también le puedan generar adeptos que hartos de la injusticia piensen así. Lo dice la frase popular y no está nada lejos de mochar las manos, “ojo por ojo, diente por diente”. Es la Ley del Talión aparece en la Biblia y equipara también vidas, manos, pies, quemaduras golpes y heridas padecidas. Al paso de los años los hebreas se fueron adaptando y asumiendo de una manera mucho más humana y simbólica. Sin embargo en ese frase que aparece en el Éxodo hay una parte de la psicología humana vinculada con venganza.
Pero hablando en serio, ¿qué ese deseo de la venganza que podría llegar a uno que otro elector en Puebla?. ¿ Mocharle la mano?. Algunas reflexiones que se han hecho desde la psicología señalan que la venganza la conforman comportamientos orientados a generar daño. Este, a una persona a un grupo que se identifica como el culpable de alguna situación que afectó al vengador. A través de la venganza, entonces, se gestionan conductas que se vinculan a agredir directamente o a un largo plazo. En el disfrute por el sufrimiento de otros por medio de la venganza puede también esconderse un comportamiento sádico.
Y aunque el vengarse encuentra una explicación dentro de la psicología es de distinguirse diferencias con el concepto de la justicia. Así pues, el deseo de venganza y su ejecución pueden traer consecuencias más graves e incluso agrandar el conflicto original. Con la venganza se puede pensar que se llegó a un alivio y una paz mental, pero no es así. Al recurrir a este medio, en realidad se desaprovecha el potencial de una persona y hay una escalada de violencia.
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