Cuestionarse si los niños deben o no tener acceso al internet y a las redes sociales puede llevarnos a discusiones. Habrá papás que lo nieguen rotundamente, otros más tal vez consideren términos medios y habrá quien no le de importancia. El impacto psicológico y en el comportamiento de los menores al exponerse a esta tecnología es sin embargo ampliamente relevante. Al final, por encajar con su círculo social y hasta para su desarrollo pueden acabar acercándose a la oferta cibernética. Hacerlo con medidas restrictivas y éticas es una preocupación en la que se han enfocado algunas de las grandes empresas. Ahora nos detendremos a revisar las medidas de Google con una de sus más populares productos YouTube y YouTube Kids.
Aunque a simple vista pareciera una medida mercadológica del gigante estadunidense para su audiencia más pequeña, es algo más amplio. De acuerdo con el último reporte de Google sobre estos productos, emitido a inicios de este mes, crecen y mejoran. Lanzada apenas en abril pasado, la aplicación qué protege qué ven los niños ya tiene presencia 37 países del mundo. Otras cifras son más de 70 mil visitas al sitio de descarga y más de 11 mil usuarios activos semanalmente. Por otro lado la compañía se ha dado a la tarea de desarrollar esquemas para personalizar perfiles de los usuarios.
Esto último tal vez lleve a pensar al lector de esta entrada que sí se trata de un asunto comercial. Seguramente el asunto estuvo en sus motivos, pero en ello hay también un enfoque desde la vista de los psicólogos. Y es que con el desarrollo de los perfiles los padres tienen opciones por edades, es decir por desarrollos cognitivos. Se consideran también opciones de navegación con más o menos texto para aquellos que comienzan a aprender letras y números. Pero, ¿sólo en estos dos últimos puntos Google pensó en la psicología para niños de Puebla y todo el mundo?
La respuesta es no, pues se consideraron otros aspectos cotidianos del comportamiento y la tecnología con que los papás batallan. Otro punto a favor es que se tiene la opción de que los niños cuenten o no con una contraseña. La empresa lo ve como opción para que con cada hijo se acuerde una palabra que impida discusiones entre hermanos. Desde la psicología esta situación se puede ver también como método para generar confianza entre los niños y sus padres. Por supuesto, una opción más que tienen los tutores es poder reportar para suspender y revisar video que consideren inapropiados.
Entre las desventajas que podríamos verle a YouTube Kids está lo relacionado con la tecnología y las prácticas en familia. Por un lado el tema de una aplicación reduce el ingreso a los dispositivos móviles accesibles desde la propia casa. Con ello no se garantiza por tanto que los menores tengan deseo de acceder en cafés internets u otros medios. Asimismo está el tema de las prácticas que se tengan entre los integrantes pues como en todo se necesitan límites. Al final Google puede avanzar mucho en limitar, clasificar y ofertar sus contenidos, pero ellos no deciden en la práctica. Ahí es donde cobra relevancia que los tutores tomen en cuenta esquemas de horarios y condiciones para los más chicos.
Al final YouTube Kids puede no ser perfecto y tener lo suyo de comercial pero es una alternativa bastante interesante. Sobre todo, para aquellos padres de familia interesados en que sus hijos se acerquen a la tecnología de manera segura. Explorarlo puede también ayudar a desmitificar algunas ideas negativas que se tienen sobre el contacto y exposición de los niños.
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