Los fetiches sexuales parecieran ser un tema del que muy pocas personas están dispuestas a hablar como un asunto coloquial. No es un tema de conversación que salga en encuentros como pasaría, con el clima, la política o los sismos. Las redes sociales, sin embargo, han abierto una posibilidad de búsqueda y expresión con sus pros y también sus contras. Tan sólo basta googlear sobre los fetiches en Puebla para saber qué alcances tiene todo este tema en la ciudad. Abordajes interesantes y otros más que hasta podrían derivar en lo ilegal forman parte de la oferta que está disponible. Como un asunto que puede generar interés y dudas vale la pena reflexionar qué hay y pensarlo desde la psicología.
El abanico del internet, como se mencionó es amplio y muy diverso para el caso de los fetiches sexuales en Puebla. Una fuentes es Facebook en donde abren y cierran espacios por aspectos que podrían relacionarse con políticas de la aplicación. En una revisión realizada en últimos meses se ha observado por ejemplo, la permanencia de grupos de fetichismo de pies. El grupo de podofilia entre poblanos se ha mantenido abierto, tal vez en parte porque cuidan ciertos aspectos de privacidad. Otro grupo de Puebla que se centraba en la burusera, o placer por tener y oler ropa interior femenina, cerró. En este caso se podía observar cómo los usuarios eran más explícitos en cuanto al origen de sus prendas fetiche.
En algunas publicaciones, incluso, sin reservar aspectos del físico de personas ajenas al fetichismo, lo cual resultaba algo muy cuestionable. Este febrero, por poner otro ejemplo, también se abrió un grupo de fetichistas por los olores corporales de los hombres. El tiempo dirá qué tanto lo permite Facebook y qué tanto influirán sus políticas para la permanencia de este espacio.
Las búsquedas de internet sobre fetiches sexuales relacionadas con fetichistas en Puebla, son aun más amplias y también riesgosas. El problema es que mientras se introducen palabras relacionadas y el nombre de algunos fetiches sexuales en buscadores, las respuestas son otras. En realidad, la mayor parte de links llevan a sitios para adultos donde lo que se ofertan son servicios sexuales. Considerarles riesgosos no debe verse como un asunto moral, sino un tema de ilegalidad pues puede suponer trata de personas. Asimismo está el hecho de que los menores de edad accedan a información inapropiada para sus edades con unos clicks.
Además de grupos de fetichistas poblanos que van y vienen o las páginas descritas sobre servicios sexuales, falta información seria. Sitios poblanos, que por ejemplo se centren en explicar cómo los ve la psicología, el psicoanálisis o la terapia sexual. Al respecto hay mucha teoría por analizar, desde el ver al fetiche sexual como parte de la conducta, como una desviación que explica algo más o como una práctica dentro de la sexualidad.
Entre ellas una de las visiones más plurales y actuales puede ser la del Manual de Trastornos Mentales que entre muchos temas define lo relacionado con fetichismo. De manera general hace alusión a la excitación sexual con objetos inanimados que no estén diseñados para estimular, como juguetes. Se plantea un diagnóstico cuando dura más de 6 meses o afecta actividades de la vida de quien lo tiene. El manual citado dedica uno de sus apartados sólo al tema del fetichismo relacionado con el travestismo en los hombres. Más allá de esta guía, está también la visión de los terapeutas sexuales que consideran que el fetichismo puede variar. Así, pues, puede considerarse como un trastorno en función de su nivel, tiempo presente y relación con las actividades diarias.
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